Según Robert Berezin, en la revista ” psychology today “, son las neurociencias las que nos enseñan que no solo la psicoterapia es un tratamiento puramente biológico, sino también que es el único tratamiento biológico verdadero.
De hecho: “La psicoterapia desactiva los mapas cerebrales inadaptas y promueve nuevos caminos constructivos”.
En otras palabras, la psicoterapia desactiva los mapas problemáticos y activa los nuevos, a menudo más adaptativos o “saludables”. Las asignaciones problemáticas a menudo son funcionales y adaptativas, y no tienen relación con el concepto de “enfermedad hereditaria” o el problema orgánico del cerebro (para una explicación detallada de la “destrucción del mito de los neurotransmisores”, ” smashing the Neurotransmitter Myth”). Es engañoso y perjudicial creer que hay algo genéticamente incorrecto en su cerebro.
La psicoterapia es capaz de sanar y lo hace a través de modificaciones biologicas del cerebro. A través de la psicoterapia, las nuevas vías sinápticas se activan con el tiempo y crean mapas alternativas que ayudan a sacar al sujeto de los caminos habituales del dolor.
Es como aprender a tocar la guitarra, con tiempo y entrenamiento, las nuevas vías neuromusculares se activan y permanecen activas dentro de nosotros. La psicoterapia tiene el mismo efecto en las vías sinápticas y, por lo tanto, en las vías del dolor, desactivando las antiguas que causan sufrimiento y activando otras nuevas. Todo esto no nos sorprende, si mantenemos una visión compleja del hombre.
Concebir al hombre como un sistema unitario significa creer que pensar es un acto corporal ni más ni menos que patear una pelota “. Esto demuestra que la psicoterapia, tanto desde el punto de vista de la neurociencia como del teórico, ¡es un verdadero tratamiento biológico!
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